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Las voces de la novelabehaviorismo
su modalidad más ilustre. Indénticos son, enun momento dado, los postulados
a
que novela y cine tra-tan de ceñirse. Claude-Edmonde Magny ha mostrado (cuan-do tanto el cine como la novela se esforzaban por salir delas limitaciones impuestas por la linealidad y objetividaddel relato tradicional) la influencia recíproca entre ojo cine-matográfico y conciencia narradora.Pero el cine, en definitiva, es fundamentalmente una su-cesión de imágenes, una combinación de miradas sobre elmundo; en resumen, un modo de
ver,
un 'enfoque', y sólometafóricamente un
lenguaje.
Por eso hablamos, a su res-pecto, de
planos
y de
ángulos de vista,
de
perspectiva
y de
incidencias.
Todo lo cual (no sin razón) puede aplicarse a la
novela,
cuyo objeto ha sido definido como «la realidad huma-na que ella quiere describir desde cierta oblicuidad» (JeanPouillon). Mas parece haberse olvidado, a todo esto, que lanovela no es sino un lenguaje (en sentido estricto), a travésdel cual se cuelan distintas voces. La novela, más que unmodo de ver, es un modo de
contar.
Empero, casi todas lasexplicaciones y comparaciones a
su
respecto son de
orden
'visual.
(Diríase que -con el cine y la televisión- nos hemosconvertido en seres de un registro visualmente agudo peroauditivamente pobre). Las similitudes y aproximaciones que
de quienes usted ha aprendido mds?),
nombra a Tintoretto, JerónimoBosch, Breughel, Goya, Giotto, Cézanne, Van Gogh, Gauguin, y aña-de: cHe incluido pintores porque yo aprendo a escribir también enlos pintores. Usted se preguntará cómo sucede eso. Pero explicarlotambién nos llevaría un día
entero.s
(George
Plímpton,
Una entrevistacon Ernest Hemingway,
trad. de Miguel Briante y Roberto Guares-chi. En
En otro pais,
Estuario, Buenos Aires,
1968.) Y
John Dos
Pas-
sos: cParte de mi servicio fue en el frente italiano. (...) estaba
allí
la pintura.
Lo
menciono porque estoy seguro de que la gran pinturanarrativa de los siglos
XIV
y
xv
influyó profundamente sobre mis ideasde cómo narrar en palabras una hístoría,» (cQué constituye a un no-velista», en
Facetas,
1971,
vol.
4,
núm.
3.)
Introducción
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Claude-Edmonde Magny, por ejemplo, aporta a la novela,están casi invariablemente extraídas del cine, utilizan unriquísimo repertorio de nociones ópticas
10.
Y,
sin embargo,la novela, tanto como una cuestión de planos y
'perspectí-
va' es una cuestión de polifonía y 'registro': alguien cuenta]un suceso: lo hace con su propia
voz;
pero
cita
también, en:estilo directo, frases del otro, imitando eventualmente su'voz, su mímica y hasta sus gestos; por momentos resume,
l
en estilo indirecto, algunas de sus expresiones, pero su pro-pia voz, inconscientemente, denuncia en las inflexiones elcontagio de.la voz del otro; a veces, en la reproducción delas afirmaciones que le presta, asoma el acento de su propiapasión. Un oído fino lo distingue.
Y
a menudo no está másque en la sutileza de ese registro el placer que nos causanalgunos relatos 'imparciales'. No es extraño, pues, que elinterés y la lucidez respecto del 'punto de vista'
(The Craft of Fiction
de Lubbock,
Temps et roman
de Pouillon, porejemplo) hayan precedido notoriamente a los del 'registro'(Todorov, Genette) -sólo hoy en vías de investigación y des-arrollo.Es cierto que, de una visión impersonal, considerada fal-sa y abstracta, se había tomado a otra más acorde con losmedios normales de percepción individual. Pero se empo-brecía
y
amputaba así el campo narrativo. Dicha restricciónno estaba enteramente fundada en razón. Pues, sin dudaalguna, el narrador
sabe mtÍs de lo que ve.
El relato puede,
10
Michel Raimond, al insistir sobre la influencia, aun en el voca-bulario, de las técnicas cinematográficas, consigna en una nota: cCf.la lista establecida por Broce Morrissette: 'campo de vista, ángulointencional perspectiva del personaje, campo
límite,
visión con, tomade vista, Úuminación, cuadro o cono intencional, centro de visión,coordenadas de posición del ojo registrador', etc.s
(La crise du Tomandes lendemains du natuTalisme aux années vingt,
Corti, París,
1966,
pág. 301.)